En los últimos años, Perú ha acelerado la adopción de credenciales digitales como una forma eficiente de validar competencias tanto en el ámbito educativo como en el laboral. Este crecimiento responde a la necesidad de ofrecer certificaciones más seguras, fáciles de verificar y adaptadas a un mundo cada vez más digitalizado. Sin embargo, en un contexto donde la informalidad laboral sigue siendo elevada y las brechas tecnológicas aún representan un desafío, no basta con implementar cualquier solución: la seguridad y la interoperabilidad se han convertido en ejes estratégicos.
La seguridad es clave para garantizar que los certificados emitidos sean auténticos, incorruptibles y resistentes a fraudes. En un país donde todavía circulan documentos falsificados o poco verificables, la incorporación de tecnologías como blockchain ofrece una capa de protección fundamental, permitiendo que cada credencial esté respaldada por un registro inmutable.
Por otro lado, la interoperabilidad asegura que las credenciales no queden aisladas en una plataforma específica, sino que puedan ser utilizadas y reconocidas por diferentes sistemas, tanto nacionales como internacionales. Aquí entran en juego estándares como Open Badge 3.0 y Europass, que permiten que una certificación emitida en Perú pueda ser entendida y validada en otras regiones sin necesidad de procesos complejos de conversión o validación manual.
En el mercado internacional, plataformas como Credly y Accredible han establecido un fuerte posicionamiento. No obstante, su enfoque global muchas veces no contempla de manera profunda las particularidades de mercados como el peruano, donde la integración con sistemas locales y el soporte multilingüe son esenciales. Es en este punto donde otras soluciones, como POK Proof of Knowledge, aportan un enfoque adaptativo:
Este tipo de soluciones permiten no solo emitir credenciales, sino también medir su impacto. Las instituciones y empresas pueden obtener métricas sobre cuántas veces se verifican las credenciales, en qué contextos son utilizadas y cómo contribuyen a la empleabilidad de las personas certificadas.
En definitiva, el éxito de la credencial digital en Perú dependerá de la capacidad para combinar tecnología robusta, estándares abiertos y flexibilidad operativa. El reto no es solo emitir certificados, sino garantizar que sean útiles, verificables y reconocidos más allá de las fronteras. Las plataformas que logren equilibrar estos elementos serán las que impulsen la masificación y consolidación de este modelo en el país.